miércoles, 11 de noviembre de 2009

16 de Julio

El día siguiente no tuvo nada de especial. Tuve nuevamente clase de música con Stefano, quien nos contó su primer encuentro muchos años atrás con la que iba a ser su mujer:

“- Me attendió la porta de la casa de doña Chiara, ya les conttaré quien es questa signora, pero antes conttarles que me attendió ella, una kovencita con presillas en el pelo y un vesttidetto floreado que me calificó como il uomo que ttodavía no era. Me attendió ella y me llamó “uomo”, chicos, me llamó uomo y me attrapó tanttisimo que me fui canttando

Ciao, ciao, ciao

Morettina bella ciao

Ma prima di partire

Un bacio ti voglio dar…”

Creo que al final, me dormí. Me despertó mi grupo de clase. Estuvieron cantando por más de media hora la misma canción acompañados por Stéfano en el saxo. A excepción de Ian que no cantaba, todos los demás me parecían unos estúpidos entonces decidí dialogar con él. Espero que quede claro que no lo hice por gusto, sino porque me lo demandó la situación.

- ¿Cómo es tu relación con tu hermana? Al parecer son muy diferentes. Se nota que a vos no te importa demasiado lo que piensen los demás de tu aspecto interior y exterior; en cambio a Liber parece interesarle indispensablemente el que dirán. – Le dije a Ian por lo bajo.

- Fue complicada en un tiempo, cuando ella quería demostrar algo que era irreal, pensó que podía ser la chica perfecta. Como esas dos, Shelley y Debbie – Señaló con el dedo a dos chicas que parecían estar presumiendo de un status social que les permitía vestirse de esa manera – Pero por suerte ya comprendió como es la situación de nuestra familia, que es muy diferente a la de nuestra madre – Concluyó.

- ¿Y tu familia? – Preguntó.

Se me hizo difícil contestarle, no éramos una familia modelo. Al final y entrecortadamente le respondí:

- Tengo tres hermanos. El mayor es escritor de novelas en Hollywood. La estrella de la familia. La niña, Phoebe, es sumamente inteligente y sociable. El mini orgullo de la familia. El menor de los hombres, Allie, era un pelirrojo dos años más chico y cincuenta veces más inteligente que yo. Murió un 18 de Julio. Por leucemia. En vacaciones. Mis padres, para mí, son poco más que un cero a la izquierda. -

Cuando terminó la clase, fuimos a almorzar los mismos integrantes de la mesa del día anterior. Mientras caminábamos Ian se disculpó conmigo por hacerme recordar a Allie. ¡Jo! Me había traído tantos recuerdos que me sacó el apetito entonces decidí no comer.

Me hubiera gustado que fuera Libertad quien me pregunte por mi falta de apetito, pero pareció importarle más a la chica conejo, Rabbit, quién faltó poco para que me quisiera acompañar a casa. ¡Jo! Como si yo necesitara compañía.

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